Constitución de la Confederación Sindical Internacional (CSI)

Nov 8, 2006 | Noticias de Sindicalismo

El 1 de noviembre comenzarón los trabajos para la que las dos grandes internacionales sindicales -CIOLS y CMT-se fusionen en la Confederación Sindical Internacional (CSI). Desde el 3 de noviembre el sindicalismo representativo mundial, con más de 180 millones de trabajadores, con más de 300 organizaciones en 170 países, articula su nueva propuesta de acción ante los diferentes retos que plantea la globalización, la actividad de las empresas multinacionales, los gobiernos nacionales y las organizaciones multinacionales.
Esta nueva Confederación se declara unitaria y pluralista y será un mejor y más representativo instrumento del movimiento sindical para enfrentarse a los retos tiene el mundo del trabajo. Junto con las Federaciones Sindicales Internacionales (FSI), será el único instrumento de impulso y coordinación de las luchas para generalizar los derechos sindicales y el trabajo decente en los sistemas de producción globales regidos por la actividad de las empresas multinacionales, y sus filiales, proveedoras y subcontratadas, y ante las instituciones internacionales multilaterales. En su declaración de principios, incluida en los Estatutos (pdf), la CSI “asume la tarea de combatir la pobreza, el hambre, la explotación, la opresión y la desigualdad mediante las acciones internacionales impuestas por las condiciones de la economía globalizada, y para una gobernanza democrática que tenga en cuenta los intereses de los trabajadores y trabajadoras, que considera más importantes que los del capital.”
La CSI se organizará territorialmente en organizaciones regionales de base continental, admitiéndose la posibilidad de existencia de organizaciones subregionales. En Europa se creará un Consejo Regional Paneuropeo que integrará a la Confederación Europea de Sindicatos (CES), a los sindicatos balcánicos y a aquellos de los países de la antigua Unión Soviética. En todo caso, la CES conservará los niveles de autonomía actuales para la definición de sus objetivos y elección de los medios para su consecución.
La nueva central pretende dar respuestas a los retos actuales del movimiento sindical sin renunciar a su experiencia histórica. Así, el primer párrafo de su declaración de principios sostiene:
“La Confederación rinde homenaje al sacrificio y las conquistas de generaciones de trabajadoras y trabajadores que, por medio de la lucha sindical, han defendido la causa de la lucha social, la democracia y la paz. Se compromete a continuar su lucha para lograr un mundo en que la dignidad y los derechos de todos los seres humanos estén garantizados, y donde cada uno pueda aspirar al bienestar y realizar plenamente su potencial en condiciones de libertad e igualdad”.
El trabajo decente, la promoción de la democracia o la lucha por la paz se encuentran entre los principios que regirán la actividad de la CSI. La nueva internacional sindical será un mejor y más representativo instrumento del movimiento sindical para enfrentarse a los retos que la globalización plantea al mundo del trabajo. De esta forma lo incluye entre sus objetivos:
“El papel histórico asignado al sindicalismo, y que sigue constituyendo su misión, es mejorar las condiciones de trabajo y de vida de todos los trabajadores y trabajadoras y sus familias y esforzarse por lograr la justicia social, la paz y la libertad. Hoy en día, más que nunca en su historia, confrontado a una globalización sin freno, el internacionalismo efectivo resulta esencial para el futuro reforzamiento del sindicalismo y su capacidad para realizar esa misión”.
Otros objetivos de la nueva central serán el crecimiento y fortalecimiento del sindicalismo, el reforzamiento de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la promoción y la coordinación de la acción sindical en empresas multinacionales, la promoción de la paridad de género, el combate contra el racismo y la xenofobia o la cooperación con diferentes organizaciones de la sociedad civil.
Pero para que la CSI pueda alcanzar sus ambiciosos objetivos, por encima de encontrar solución a algunos de los problemas pendientes antes mencionados, se necesita que construya una acción sindical internacional basada en la acción de sus afiliadas, articulando la acción mundial con la local. Para lograrlo no cabe sino empezar haciendo que las cuestiones internacionales entren en la agenda de las centrales nacionales.
En suma, el Congreso, que se celebra en Viena, será mucho más que una mera fusión. Nos encontramos ante una auténtica refundación del movimiento sindical internacional con la que CCOO se ha comprometido profundamente desde sus orígenes y cuya trascendencia se apreciará en el futuro.

Somos una asociación de trabajadores cristianos promovida por la Iglesia Católica de Valencia, cuya finalidad es la promoción y la Evangelización del mundo del trabajo.

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