Proyecto Débora

El Proyecto Débora inició en el 2.009 con la apertura de las Casas de Acogida Dorothy Day y Peter Maurin. Desde los inicios ha atendido a personas inmigrantes con deseos de promoción social, sin hogar, sin recursos económicos y con escasas habilidades sociales, llevando a cabo un Programa de Atención Individual dirigido a la inserción cultural y Sociolaboral.

Durante estos 15 años la labor se ha ampliado y actualmente el ISO tiene 7 casas de acogida -5 de ellas en Valencia, 1 en Torrente y otra en Carlet- para personas y familias en situación de vulnerabilidad y 3 Programas centrales en articulación tanto con el Estado como con otras organizaciones de la sociedad civil.

El servicio de acogida incluye alojamiento, alimentación, asesoramiento educativo, sanitario, jurídico y todos los servicios de manutención requeridos por estos hermanos y hermanas en riesgo de exclusión social.

Casas de Acogida

Casas de Acogida en Valencia

Las casas pretenden:

  • Crear un hogar temporal de residencia 24 horas diarias con el fin de brindar las herramientas necesarias para la inserción cultural y sociolaboral, así como atender las necesidades básicas de las personas en situación de vulnerabilidad.
  • Elaborar y tutorizar un Plan de Inserción sociolaboral personalizado para cada una de las personas residentes, a modo de itinerario y con el compromiso a seguir.
  • Desarrollar, impartir y/o posibilitar la formación humana, social y profesional adecuada a las aptitudes, capacidades y vocación de cada persona residente.

Servicios de las casas

ALOJAMIENTO Y MANUTENCION

Para dar cobertura a las necesidades básicas de personas que se encuentran en un alto grado de vulnerabilidad social, así como para ofrecer pautas educativas y sanitarias hacia la emancipación.

BOLSA DE TRABAJO
PROMOCION SOCIOLABORAL
i
ASESORAMIENTO JURIDICO

Ofrecemos asesoramiento gratuito jurídico-laboral a personas con escasos recursos económicos y/o culturales.

RECREACION

Para favorecer el descanso y el ocio saludable a través de paseos por la naturaleza, deportes, juegos y excursiones culturales.

Conoce a las personas que inspiran nuestro hacer y dan nombre a las casas de acogida:

 

Dorothy Day

Militante de la No violencia, radical en lo social, de una luminosa personalidad, que luchó en primera línea durante más de 50 años a favor de la justicia social

En su juventud, corresponsal regular de publicaciones izquierdistas.

Se involucra en los asuntos más candentes de su época: los derechos de la mujer, el amor libre y el control de la natalidad.

Queda interpelada por el Evangelio y la Iglesia Católica, a la que veía como la Iglesia de los emigrantes y de los pobres.

Fundadora del periódico “The Catholic Worker” (El Trabajador Católico).

Durante el primer año The Catholic Worker fue sólo un periódico, pero cuando llegó el invierno, las personas sin casa ni hogar empezaron a llamar a la puerta.

Así comenzó la idea de cobijar a los más desfavorecidos. Además del periódico, Dorothy Day abrió una «Casa de Hospitalidad» en los barrios bajos de Nueva York.

El personal recibía sólo comida, una cama y dinero de bolsillo de vez en cuando.

En tres años desde 1933 al 1936 habían abierto 33 casas de caridad.

Peter Maurin

«Durante casi toda su vida no había dormido en cama propia, ni usaba traje que no fuera usado»

Peter Maurin

Nació en 1877, en una familia de granjeros pobres en una aldea al sur de Francia.

Fue el menor de 21 hermanos. Emigró a Canadá y Nueva York como emigrante indocumentado, donde vivió el resto de su vida.

A mediados de los años 1920, Maurin estuvo trabajando como tutor de Francés en los suburbios de Nueva York, aceptando sólo donativos, siendo su trabajo un regalo para la Comunidad.

Conoció a Dorothy Day gracias a George Shuster, quien era editor de la revista “Commonweal” para la cual Day había escrito.

Juntos comenzaron a publicar el periódico “The Catholic Worker”, en 1933, en el cual mostraban sus puntos de vista principalmente sobre economía. Maurin insistía en la importancia de que todo hombre tuviera su casa, no solo los cristianos o católicos, sino todos. Decía que todos quienes ya tuvieran una, tenían que tener una “Habitación para Cristo”

Maurin creía que el “Trabajador Católico” debía vivir su vida en pequeñas comunidades agricultoras, especialmente debido a que “No hay desempleo en trabajar la tierra”.

Después de un derrame, en 1944, Maurin comenzó a perder su memoria. Murió en 1949, “Vestido con un traje usado y consignado a una sepultura donada… ”.

Igino Giordani-Foco

Ignio Giordani "Foco"

Igino Giordani nació en Tívoli (Italia) en el día 24 de septiembre de 1894. Multifacético. Fue político, filósofo, intelectual, escritor, ecumenista entre tantas otras cosas. Durante los años 20 se une al recién fundado Partido Popular, siendo perseguido por el régimen fascista. Tras un periodo exiliado en Estados Unidos fue nombrado director de la Biblioteca Vaticana y de la revista Fides. Al concluir la Segunda Guerra Mundial, es elegido diputado en el Parlamento Italiano. Tenaz defensor del diálogo, promueve acciones orientadas a construir la paz y a superar las diferencias ideológicas.

En 1948 encuentra a Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares y contribuye activamente en la construcción del mismo, especialmente en la encarnación social de su doctrina. Chiara Lubich lo considera co-fundador del Movimiento y le da el nombre Nuevo Foco que significa fuego. Fuego que incendia el mundo de luz y de amor. Interviene activamente en el Concilio Vaticano II. Ha sido un incansable promotor de la unidad de los cristianos.

Nos dejó el 18 de abril de 1980. Ha sido declarado Siervo de Dios y actualmente está en curso su causa de beatificación por la Iglesia Católica. Su fuerte compromiso social basado en la construcción de la familia universal ha impulsado la creación de muchas entidades que llevan su nombre entre las cuales la Fundación Igino Giordani en Italia y ahora nuestra Casa de Acogida de Personas Inmigrantes Igino Giordani-Foco.

Josefina Bhakita (1869 – 1947)

Josefina fue una religiosa de Sudán secuestrada por comerciantes de esclavos cuando era sólo una niña y apodada de forma irónica “Bakhita”, que significa “afortunada”.

Tuvo que salir forzosamente de su tierra, perdió su nombre y fue sometida a esclavitud y tortura.

Pese a ser vendida a distintos amos que la maltrataron durante años, conservó la inocencia y un corazón puro. No permitió que el sufrimiento se adueñase de su existencia, lo transformó en esperanza e incluso los perdonó.

Su quinto y último amo, el único que la trató bien, la llevó con él a Italia donde trabajó de niñera para después ingresar al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad, en Venecia.

La vida resiliente y amorosa de Josefina es inspiración y aliento para muchas mujeres, hombres, niñas y niños que ven violada su dignidad y sus derechos humanos.

Pero también es un símbolo de África, por su origen; del absurdo del racismo, por su negritud; de las mujeres maltratadas, por la violencia que padeció; de la fe de los pobres, pues su única posesión fue un crucifijo; y de la reconciliación que encarnó.

Maria Elena Moyano

(1958 – 1992)

María Elena Moyano, conocida popularmente como Madre Coraje,​ fue una luchadora social y dirigente vecinal peruana, reconocida por su lucha contra la pobreza, por la defensa de los derechos humanos y de la mujer.

Estudió sociología y fue presidenta del grupo juvenil «Renovación» que estaba dedicado a la realización de actividades artísticas y de reflexión para combatir la drogadicción y la incomprensión familiar; aunque sus dotes de lideresa social se pusieron en evidencia con la fundación del club de madres «Micaela Bastidas», que tenía la finalidad de defender a las madres de la manipulación de los extremistas.

Hacia 1980 comenzó a militar políticamente y, como presidenta de una fundación integrada por más de 100 de clubes de madres, obtuvo la dirección del relevante Programa Vaso de Leche. En 1989, fue elegida como teniente alcaldesa de la Municipalidad Distrital de Villa El Salvador, integrando la lista del movimiento político Izquierda Unida.

Las discrepancias con el grupo terrorista -y anarquista- Sendero Luminoso fueron acentuándose conforme María Elena condenaba cada vez más abiertamente los métodos que ellos imponían a muchas organizaciones como una forma de controlar por la fuerza lo que no lograban con argumentos políticos. Tanto que el 15 de febrero de 1992, tras un largo período de continuas amenazas, María Elena Moyano Delgado -de 33 años de edad- es asesinada por un comando de aniquilamiento de 15 terroristas de Sendero Luminoso en el distrito de Villa El Salvador, cuando se encontraba en una pollada organizada por el Programa Vaso de Leche, dejando huérfanos a sus hijos de 8 años y 10 años.

Iqbal Masih (1983 – 1995)

Iqbal Masih nació en las afueras de Lahore, Pakistán, en una familia cristiana y pobre.

Fue cedido por su padre a un fabricante de alfombras a cambio de un préstamo de 600 rupias​ que necesitaba para hacer frente a los gastos de la boda de su hijo mayor. Allí se vio obligado a realizar jornadas laborales de más de doce horas, durante las cuales estaba encadenado al telar donde trabajaba y lo golpeaban regularmente. Con el tiempo, los intereses de la deuda de su padre se fueron incrementando, por lo que permaneció varios años en la esclavitud.

Hacia 1992, con 9 años, consiguió escapar de la fábrica y se dedicó a denunciar la situación en que vivían muchos otros niños de su país, para lo que contó con el apoyo del sindicato del Frente de los Trabajadores de Ladrillos.​ Gracias a ellos logró llevar a su último dueño, Hussain Khan, frente a la justicia. El amo fue condenado y su fábrica clausurada, dejando así en libertad a sus compañeros.​ A partir de ese momento fue libre y se dedicó, con el apoyo del sindicato, a denunciar a los patronos de los telares, exponiendo la flagrante y dramática esclavitud.

Durante el Domingo de Pascua de 1996, mientras montaba su bicicleta y tras varias amenazas de muerte recibidas de personas relacionadas con la industria de las alfombras paquistaníes​, Iqbal recibió un disparo mortal.​ Tenía apenas 12 años. Su vida heroica lo convirtió en un símbolo de la lucha contra la explotación infantil.

Guillermo Rovirosa

(1897 – 1964)

Guillermo Rovirosa nace en Barcelona a fines del S. XIX y, entre su infancia y su adolescencia, pierde rápidamente a ambos padres.

La religiosidad tradicional de su familia y la del colegio en que estudia no le aportan respuestas a los interrogantes que se plantea y a los 18 años abandona la fe cristiana. Es un tiempo de incredulidad y escepticismo en que sólo la ciencia constituirá para él una certeza.

Sin embargo, un suceso marcará su vida: hacia 1932 pasa casualmente por delante de una parroquia donde, por curiosidad, oye al sacerdote diciendo: “El cristiano es un especialista en Cristo… El mejor cristiano es el que más sabe de teoría y práctica de Jesús”. Esta afirmación toca su corazón y le impone la evidencia de que él no conocía a Cristo. Su honestidad le hace ver que estaba negando lo que realmente no conocía; y comienza desde ese momento un proceso de búsqueda de la verdad de Jesús que le llevará a profundizar y admirar su obra y mensaje.

Se inicia aquí una etapa de vivencia cristiana apasionada, caracterizada por la austeridad, la exigencia de perfección y la entrega apostólica, muy especialmente en el ámbito del trabajo. Se incorpora entonces a la Acción Católica y asume responsabilidades para una pastoral obrera. Desde allí diseña planes y métodos de formación cristiana, grupos obreros de estudios sociales que analizan la realidad con la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia, volviendo a ella para transformarla según el proyecto de Dios.

Guillermo Rovirosa fue un cristiano laico, adulto, lúcido y comprometido con la evangelización del mundo del trabajo: Cristo para todos y especialmente para lo que menos tienen