Reproducimos por su interés el comunicado de la asamblea diocesana de la HOAC. El original puede verse en el enlace : #pobrezaVLC
«La pobreza es más extensa, más intensa y más crónica
27 de enero de 2014 a la(s) 7:58
• Emplazamos al Consell a que atienda la magnitud de esta “emergencia humana”.
• Reivindicamos la política, en todas sus dimensiones y planos, como el espacio de la persona en su proceso de empoderamiento para el bien común.
Comunicado Asamblea diocesana HOAC Valencia, 27.01.2014.
La Asamblea Diocesana de la Hermandad Obrera de Acción Católica – HOAC de Valencia celebrada durante los días 25 y 26 de enero, en la Casa de Espiritualidad de Benirredrá, ha dialogado sobre la situación de la pobreza en la diócesis de Valencia. En el marco de nuestro compromiso bianual, orientado en la defensa de la dignidad, los derechos laborales y sociales de las personas empobrecidas en el contexto actual, hemos profundizado sobre la situación de la pobreza en diócesis de Valencia, con un diálogo con Vicent Andrés de Cáritas Valencia.
Denunciamos que la pobreza que aumenta, tiene que ver con el modelo social y económico que se está construyendo: el crecimiento de la desigualdad se manifiesta en el aumento de la riqueza de unos pocos frente al coste de la factura de la crisis que está siendo pagada por las familias de clase trabajadora en términos de empleo y de sus condiciones (su pérdida, la eliminación de derechos, la bajada de salario, el desequilibrio de las relaciones laborales en favor de una parte…) y en recortes del estado de Bienestar (en educación, en sanidad y en servicios sociales). Así, el coste se produce desigual y con ello, se convierte en injusto e insolidario, perpetuandose la brecha entre ricos y pobres.
La pobreza es cada vez más extensa, intensa (crece el número de hogares sin ingresos) y más crónica (incremento de personas paradas de larga duración). Con este aumento de la exclusión “queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son «explotados» sino desechos, «sobrantes»”. Esta situación afecta de raíz a la confianza en las instituciones democráticas. Seremos democracia si garantizamos los derechos sociales de los más vulnerables.
Por todo ello ello, exigimos al Gobierno Valenciano que sitúe como prioridad irrenunciable en su agenda política la necesidad de fortalecer la redes de solidaridad para las personas necesitadas y la búsqueda de soluciones consensuadas para la creación de trabajo decente. Así mismo, ante el aumento de la riqueza en determinadas capas muy minoritarías de la sociedad, es una obscenidad no asumir compromisos solidarios, para que esa riqueza no vuelva al conjunto de la sociedad. Es necesario su redistribución desde la intervención política.
Pedimos a su vez que redoblen sus esfuerzos, y que en estos vincule a los agentes sociales y económicos, con tal de atender la magnitud de “emergencia humana” en la que se encuentra el País valenciano.
Pedimos a todos los agentes políticos, de todos los ámbitos y en todos los planos, hagan de la participación de las persona su principal herramienta para la búsqueda del bien común. Está en juego el modelo de sociedad.
Nosotros, movimiento diocesano de la iglesia, especializado en el mundo obrero y del trabajo, renovamos nuestros compromisos de lucha y esperanza. Nos vinculamos a esta denuncia desde la capacidad de sus militantes en trabajar por el bien común en sus ambientes y que permita a la persona buscar su propio empoderamiento y, así, tener la opción de intervenir en la construcción de la sociedad.
Así mismo, anunciamos la realización de un acto público el próximo 23 de febrero, para denunciar la vulneración de su derecho a la salud y a una atención sanitaria adecuada, la existencia de los Centros de Internamiento de Emigrantes (CIE’s) y la construcción de las vallas y muros que limitan la libre circulación de estas personas en busca de mejores condiciones de vida.»